Cada 20 de octubre se celebra, desde el año 2004, el Día Internacional del Chef o Cocinero. La fecha fue propuesta por la Asociación Mundial Culinaria (WACS) con el objetivo de dar visibilidad a dicha profesión. Desde la Asociación Empresaria Hotelero Gastronómica de la Patagonia Central saludamos a todos los cocineros en su día y ponemos especialmente en valor al grupo que anónimamente lo hace bajo la denominación de “Cocineros Solidarios”.

Para quienes trabajan a diario por la excelencia, por conmover a través del sabor, la textura y el aroma, elaborar cientos de kilos de alimentos en cuestión de horas, no es menos que un desafío maratónico que requiere de esfuerzo, pasión y profesionalismo.

Cocineros Solidarios es un grupo que surgió y se conformó tras dar continuidad a sus acciones. Algunos colaborando en los eventos a beneficio de Comodoro Invita junto a la Fundación Comodoro Solidario, también con Panes Navideños Solidarios de FEHGRA, otros con Madryn al Plato, y recientemente acudiendo a un llamado de una ONG de Pico Truncado que necesitaba juntar fondos para los merenderos locales.

Comodoro Solidario año 2017

Los une su profesión y los mantiene comunicados un grupo de WhatsApp donde cada vez que llega el aviso de una nueva fecha se abocan a designar tareas y destinar horas de descanso- hasta su franco semanal- para sumarse a una nueva causa solidaria. Nunca caben dudas ni preguntas más que: cuándo, dónde y de que se encarga cada uno.

Así lo relataron dos de sus integrantes, María Emilia Cejas Minoldo y Guido Román Valdez: “Lo primero es reunirnos a formular la receta, calcular las cantidades necesarias y comenzar a tramitar las donaciones” cuenta María Emilia quien da como ejemplo que para mil porciones de pollo al disco deshuesan cerca de 22 cajas de pollo, por lo que organizan turnos para que haya personas no solo trabajando en ello sino también pelando y cortando decenas de kilos de verduras desde al menos, un día antes del evento.

Durante el relato destacaron también a su colega Román Aravena, cocinero parrillero, quien tiene definido ocuparse de la limpieza del enorme disco, prender y alimentar el fuego hasta el mediodía, momento en que comienzan a llegar los comensales para cerrar el círculo de las buenas intenciones.

Como anécdota recuerdan una oportunidad en el año 2017 en la que se vendieron las mil porciones previstas de guiso de lentejas y aún quedaba gente esperando comprar por lo que en cuestión de minutos comenzaron desde cero la tarea para poder elaborar 400 porciones más. “Era un compromiso el que teníamos. Ese día terminamos a las 5 de la tarde devastados, pero felices” afirmó la cocinera solidaria María Emilia quien llegó desde Córdoba capital en el año 2007.

María Emilia Cejas Minoldo está, ´detrás del fuego´ como se autodenomina, desde hace 16 años y menciona que eligió esta profesión para continuar la que realizaba su madre. Actualmente trabaja para el Sanatorio La Española. “Hice muchos cursos de nutrición para poder elaborar cosas como un pollo al champiñón más liviano y que sean apto tanto para una persona diabética como para una dieta hiposódica” relata y agrega que los mismo ocurre con los postres donde deleita a los pacientes con cheesecake y hasta con arroz con leche.

En el caso de Guido Román Valdez, otro de los cocineros solidarios, trabaja actualmente como Jefe de Cocina en el restaurante Buenas Costumbres. Nació en Puerto Belgrano, una base militar en la Provincia de Buenos Aires y recuerda haber comenzado a cocinar a los 8 años de edad para sus hermanos menores mientras sus padres trabajaban. Luego se transformó en su profesión, junto a la coctelería, lo que le permitió viajar por Argentina y otros países como Brasil. Es un convencido que el carácter nómade de los cocineros les permite conocer otras culturas culinarias y los hace crecer profesionalmente.

Acerca de lo que significa ser Jefe de Cocina explica que lleva mucha responsabilidad ya que no solo se está a cargo de los platos y su elaboración sino también de las compras y los presupuestos, lo que sería el backstage de la cocina.
Participa de Cocineros Solidarios ininterrumpidamente desde hace unos cuatro años. Como anécdota cuenta lo ocurrido hace dos semanas atrás en Pico Truncado donde en plena primavera vivieron las cuatro estaciones cocinando a la intemperie. “Hubo lluvia, viento, nieve y sol. Por momentos tuvimos que tapar con mantas los corderos para protegerlos de la lluvia” recuerda y afirma que para ellos el clima jamás ha sido un impedimento.

Aprovecharon la oportunidad para saludar a sus colegas en su día. En el caso de Guido resaltó el sentimiento de equipo y compañerismo que es intrínseco a la profesión y María Emilia agradeció además a su familia y las del resto de los cocineros: “Para poder ser un loco solidario tenes que tener detrás una familia de locos solidarios que te acompañe”.